¿Cómo afecta el cambio de hora a nuestro cerebro?

¡Hola! En la Newsletter de hoy exploraremos cómo los cambios horarios alteran nuestros ritmos circadianos y, por ende, impactan en nuestra salud del sueño y bienestar emocional. Veremos también cómo ajustarnos a la nueva hora y, como siempre, haremos un repaso de la actualidad en el mundo de la Psicología.

¡Empezamos!

— Natalia Menéndez, Pol Bertran

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Cambiar la hora y nuestra salud mental ⌚

El cambio de hora es una práctica que comenzó a aplicarse a comienzos del pasado siglo en nuestro país. Desde entonces, existen dos momentos clave a lo largo del año en lo que a modificaciones horarias se refiere: en marzo pasamos al horario de verano, mientras que en octubre entra en vigor el horario de invierno.

La razón fundamental que impulsa este cambio es el ahorro de energía. Estas modificaciones permiten aprovechar mejor la luz natural, reduciendo así el uso de electricidad. Aunque desde el punto de vista energético puede ser un hábito positivo, la manera en la que impacta en nuestra salud parece no serlo tanto.

Por este motivo, dicha medida está rodeada de bastante controversia, pues hay quienes opinan que los costes en materia de salud sobrepasan las posibles ventajas económicas. De hecho, el Gobierno de España llegó a crear en 2019 un comité de expertos para discutir si el cambio de hora era una medida que valía la pena mantener. Las conclusiones no fueron claras y se optó por no tomar ninguna decisión al respecto por el momento.

Aunque el debate está garantizado, hoy no vamos a entrar en la cuestión de si el cambio de hora es una medida útil o no. Más bien, pondremos el foco en sus efectos sobre el organismo y cómo podemos adaptarnos durante estos días al nuevo horario invernal.

Lo cierto es que los cambios horarios afectan especialmente a nuestros ritmos circadianos, lo que puede repercutir en la calidad del sueño. En nuestro cerebro existe una región, el hipotálamo, el cual envía señales hacia distintas regiones cerebrales que responden a la luz, como es el caso de la glándula pineal. Esta glándula suspende la producción de melatonina (conocida como “la hormona del sueño”) ante la presencia de luz natural y aumenta su secreción a medida que oscurece. La melatonina es la responsable de nuestra sensación de somnolencia cuando se acerca el final del día.

Dado que, como vemos, los ritmos circadianos son controlados por la luz, el cambio horario puede interferir en todo este proceso. Las variaciones en nuestros ritmos circadianos pueden provocar síntomas como los siguientes: cansancio, irritabilidad, cefaleas, tensión, apatía, dificultades de concentración y tristeza

Todos estos síntomas en el proceso de adaptación no sólo son importantes por lo molestos que resultan. Algunos estudios señalan problemas derivados de nuestra afectación por el cambio de hora que no son baladí:

• Salud cardiovascular: Algunas investigaciones sugieren la presencia de un aumento del riesgo de sufrir alteraciones cardiovasculares durante los días posteriores al cambio de hora en primavera, mientras que dicho riesgo se reduce cuando se hace el cambio al horario otoñal. La explicación detrás de estas asociaciones parece residir en las variaciones en los niveles de estrés en los diferentes momentos del año.

• Accidentes: La mayor somnolencia durante el día y las consiguientes dificultades de concentración pueden aumentar el riesgo de sufrir accidentes laborales y de tráfico-

• Metabolismo: El cambio de hora puede repercutir en nuestras señales de hambre y en nuestro metabolismo. Podemos sentir más o menos apetito de lo normal. Además, el mayor nivel de somnolencia puede llevarnos a consumir alimentos menos saludables en busca de picos de energía que compensen el decaimiento por la alteración del sueño.

Antes de que te alarmes, es importante matizar que todos estos efectos tienen un carácter transitorio. El desajuste en el sueño cuando hacemos cambio de hora puede recordarnos al famoso jet lag que se sufre al viajar a través de distintas zonas horarias. Por ello, es fundamental darse un margen de tiempo hasta que el organismo se estabilice y podamos recuperar la normalidad.

¿Cómo ajustar de nuevo el sueño tras el cambio de hora? 😴

Aunque todos los cambios mencionados son de carácter temporal, lo cierto es que saber cómo cuidar de nuestro sueño puede reducir el impacto negativo de los mismos. Algunas claves importantes nos pueden ayudar a ajustar nuestros patrones de sueño con el nuevo horario:

• Anticípate al cambio: Prepararnos para el cambio de hora es una forma de amoldarnos a él de manera más saludable. Una semana antes de que llegue el momento, es recomendable ajustar el sueño unos 10-15 minutos cada día. Cuando se atrasa una hora en el mes de octubre, lo ideal es empezar a postergar unos minutos extra el momento de irse a la cama. De esta forma, tu cuerpo podrá ir acostumbrándose de forma gradual al cambio.

• Haz ejercicio: La actividad física es una gran aliada para combatir los problemas de sueño. Cuando movemos nuestro cuerpo nos resulta más fácil conciliar el sueño y disfrutar de un descanso de buena calidad.

• Evita dormir la siesta: Aunque dormir la siesta puede ser tentador, este momento tras la comida puede complicar seriamente la conciliación del sueño con el cambio de hora.

• Aprovecha la luz natural: La luz natural puede favorecer nuestro ajuste al nuevo horario, así que procura exponerte a ella durante las mañanas para ayudar a tu cuerpo a despertar y amoldarse.

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Un poco de actualidad en el mundo Psico 🆕

• Un nuevo estudio sugiere que hay una relación inversa entre el volumen del cerebro y el Índice de Masa Corporal: cuando uno de ellos es alto, el otro tiende a ser bajo.

• El hecho de tener más opciones entre las que elegir hace que las personas valoren más positivamente la opción que terminan eligiendo, según una investigación.

• Un experimento con ratones muestra que, a pesar de que con la edad vamos perdiendo la capacidad de generar nuevas neuronas a partir de células madre debido a un aumento de los niveles de glucosa, mediante técnicas de edición genética es posible mitigar este fenómeno neutralizando un gen productor de transportadores de glucosa.

• Científicos de la Washington University School of Medicine han descubierto que el cerebro y la médula espinal producen unos péptidos especializados en inhibir el sistema inmunitario y alcanzar un equilibrio entre la protección ante los agentes patógenos y la prevención de las respuestas inmunitarias excesivas y dañinas para el cuerpo.

La reseña destacada de la última edición:
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