Cuando el buen tiempo aprieta... Y la presión sobre el cuerpo también

Llega el calor, los días largos y las ganas de disfrutar al aire libre. Pero también, para muchas personas, vuelve esa incomodidad con el propio cuerpo al pensar en bañadores, terrazas y ropa ligera. En esta edición reflexionamos sobre la presión estética que reaparece cada verano, el daño que causa y cómo empezar a construir una relación más amable con nuestro cuerpo.

— Natalia Menéndez, Pol Bertran

La imagen corporal y la llegada del verano 🧠

Se aproxima la temporada veraniega y con ella llegan el sol y el calor. Esto se traduce en cambios en nuestra manera de vestir, lo que implica mostrar nuestro cuerpo en mayor medida con respecto a otras estaciones del año.

Aunque el verano es la época preferida de muchos por su relación con el descanso y el buen tiempo, muchas personas no la reciben con entusiasmo ni alegría. La razón tiene que ver con la vergüenza y la insatisfacción corporal a la hora de exponer el físico en escenarios típicos de estos meses del año. Y es que es difícil escapar de la inmensa presión que los medios ejercen sobre nosotros, la cual se ha popularizado como la llamada “operación bikini”. Estos meses se convierten para muchas personas en toda una maratón de sufrimiento por la cual se persigue llegar al verano con un cuerpo ideal según los cánones de belleza establecidos.

Para quienes no mantienen una buena relación con su cuerpo, la vorágine de información sobre dietas, tratamientos y demás estrategias que se difunde para alcanzar ese supuesto estándar representa un peligro para su salud física y mental.

Es habitual que una parte importante de la población se someta a importantes restricciones alimentarias, tratamientos de belleza y entrenamientos desmedidos en este momento del año, un conjunto de conductas patológicas que, por desgracia, están ampliamente normalizadas.

Por todo ello, no es sorprendente que la insatisfacción corporal sea un mal común entre la población. De hecho, la insatisfacción corporal se ha convertido en uno de los negocios más rentables. Son infinitos los productos y servicios que se ofrecen dirigidos a que las personas cambien de alguna manera su aspecto. Por ello, reconciliarnos con nuestro cuerpo con la llegada del verano requiere desarrollar cierto espíritu crítico ante la publicidad y los modelos de belleza inalcanzables que se promueven.

Antes de que decidas empezar una nueva dieta, tapar tu cuerpo aun pasando calor o dejar de acudir a lugares como playas o piscinas, puede ser interesante que enfoques la relación con tu cuerpo desde el autocuidado real. Cuidarse no tiene nada que ver con nuestro peso o con nuestra forma corporal, sino más bien con la manera en la que hacemos de nuestro cuerpo un hogar seguro donde querer estar aunque no sea “perfecto”.

¿Es posible disfrutar del verano con una mejor relación con nuestro cuerpo? ☀️

Si quieres empezar a disfrutar de una relación más saludable con tu cuerpo puede que te sirvan claves como las siguientes. Paradójicamente, nuestra imagen corporal puede verse beneficiada si dejamos de situar nuestro aspecto como el pilar fundamental de nuestra valía. Trata de cultivar otras facetas de ti más allá del físico.

Cuida tus relaciones y rodeate de personas que te hagan sentir valioso y querido tal y como eres. Aliméntate de forma adecuada sin caer en normas rígidas muy restrictivas. Haz cosas que te hagan sentir bien. Practicar actividades gratificantes, incluyendo aquellas en las que podemos disfrutar de nuestro cuerpo (por ejemplo, nadar en el mar o bailar), es una forma de aumentar el bienestar en nuestra relación con él.

No vuelques en tu cuerpo tu frustración. A veces nuestro cuerpo es un lienzo en blanco sobre el cual proyectamos nuestros miedos e inseguridades. Influidos por la cultura en la que vivimos, a menudo nos convencemos de que si tuviésemos cierto tipo de cuerpo seguramente seríamos más felices, nos saldrían mejor las cosas, tendríamos más amigos o una pareja…

Sin embargo, nada de esto es cierto. Se trata de un mecanismo de control por el cual creemos que podemos dominar todo aquello que nos pasa si tenemos voluntad, pero mediante este camino nunca es posible llegar al bienestar pleno. Siempre habrá nuevos defectos que cambiar, lo que nos hace engancharnos en un bucle difícil de romper. En definitiva, no pospongas el ir a la playa para cuando consigas el cuerpo soñado. Seguramente nunca sientas que tu cuerpo es perfecto y no necesitas que sea así para tener derecho a disfrutar y vivir.

Entrena tu flexibilidad y ordena tus valores personales. Si sientes que tu cuerpo es un freno enorme a la hora de afrontar tu día a día en la época veraniega, quizá es importante que aprendas a hacer las cosas a pesar del malestar en lugar de esperar a que este desaparezca por completo. Evitar exponernos a ciertas situaciones (como por ejemplo ir a la playa) puede calmarnos en el momento, pero no hace más que reafirmar la idea de que ir a la playa es incompatible con tener nuestro cuerpo.

Si estás pasando por dificultades con tu cuerpo seguramente no sea una experiencia agradable al inicio, pero con algo de apoyo (lo ideal sería contar con un psicólogo/a que te acompañe en el proceso) puede que aprendas a tolerar cierto nivel de malestar sin renunciar a lo que es importante para ti (divertirse, estar con amigos, disfrutar del sol…).

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• Investigadores descubren que hay algunas estrategias de pérdida de peso mediante la dieta que aumentan las probabilidades de desarrollar depresión.

• Científicos desarrollan unos “adhesivos inteligentes” que, a través del análisis de los datos fisiológicos, son capaces de identificar las emociones de la persona que los lleva adheridos a la piel… Incluso si los gestos de la cara resultan engañosos y son contradictorios con esas emociones.

• Una población de chimpancés ha sido documentada consumiendo alcohol regularmente a partir de fruta caída de los árboles; y lo hacen en compañía de otros chimpancés, mostrándose más sociables de lo normal.

La reseña destacada de la última edición:
Seleccionó 🧠🧠🧠🧠🧠 ¡Muy bien! y escribió:

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