El antidepresivo que se inhala: la promesa del óxido nitroso

La búsqueda de tratamientos rápidos para la depresión lleva años en marcha, pero pocas alternativas han mostrado resultados sólidos. Ahora, una revisión sistemática analiza toda la evidencia disponible sobre el óxido nitroso, un anestésico conocido que empieza a perfilarse como intervención de acción casi inmediata. Los estudios muestran mejoras en cuestión de horas y con efectos secundarios leves, aunque su duración es limitada. En esta newsletter exploramos qué significa este hallazgo y hasta dónde podría llegar esta línea de investigación.

— Pol Bertran

El antidepresivo que respiras: lo que la ciencia empieza a revelar sobre el óxido nitroso y la depresión 🧠

Durante décadas, el gran talón de Aquiles de los tratamientos antidepresivos ha sido el tiempo. Mientras la depresión puede avanzar con rapidez y profundidad (alterando sueño, motivación, energía, conexión social), los fármacos estándar requieren semanas para mostrar efectos claros. Y para muchas personas, especialmente quienes sufren depresión resistente, esas semanas pueden parecer una eternidad.

Por eso hay tanto interés en encontrar tratamientos que actúen rápido. Y entre las nuevas vías investigadas, una ha generado especial curiosidad: el óxido nitroso, más conocido como “gas de la risa”, un anestésico inhalado utilizado desde hace décadas.

Lo que comenzó como una observación clínica aislada ahora ha dado pie a un estudio que sugiere algo llamativo: una sola sesión de inhalación podría aliviar síntomas depresivos en cuestión de horas. Pero, ¿qué sabemos realmente? Una nueva revisión sistemática y metaanálisis ha reunido toda la evidencia disponible. Esto es lo que revela.

Un gas viejo, una idea nueva: por qué el óxido nitroso entra en escena 💨

El óxido nitroso no es un desconocido. Dentistas y anestesistas lo han utilizado durante más de un siglo por su capacidad para reducir dolor y ansiedad sin perder la consciencia. Sin embargo, en los últimos años empezó a estudiarse desde otra perspectiva: su efecto sobre los receptores NMDA, una diana biológica que también ha sido clave en el desarrollo de antidepresivos rápidos como la ketamina. A diferencia de otros anestésicos, el óxido nitroso tiene tres ventajas interesantes:

• Se administra por inhalación.

• Actúa en minutos.

• Sus efectos desaparecen rápido y suele ser bien tolerado.

Estas características lo convirtieron en un candidato ideal para explorar su efecto en depresiones que no responden bien a los tratamientos convencionales. El estudio recién publicado revisa todos los ensayos clínicos realizados hasta ahora y analiza si el entusiasmo está justificado.

Qué encontraron los estudios: alivio rápido pero aún fugaz 🔬

La revisión identificó siete ensayos clínicos que, en conjunto, incluyeron 247 participantes con diferentes tipos de depresión: depresión mayor, depresión resistente y depresión bipolar. Aunque la literatura todavía es escasa, los hallazgos son consistentes. La forma más habitual de administrar el óxido nitroso fue inhalarlo al 50% durante una única sesión. ¿Qué ocurre después?

● A las 2 horas: se aprecia mejora

Los participantes muestran una reducción significativa de los síntomas depresivos. La mejoría no es sutil: es lo bastante clara como para ser detectada frente a placebo o gas comparativo.

● A las 24 horas: el efecto se mantiene

La disminución de la sintomatología sigue siendo estadísticamente significativa. Muchos pacientes describen sentirse “más ligeros” o con menos carga emocional.

● A la semana: el efecto se diluye

Aquí aparece uno de los puntos clave del estudio: el beneficio no parece mantenerse más allá de unos días. A la semana, la diferencia entre quienes inhalaron óxido nitroso y quienes recibieron la condición de control ya no es significativa.

Es decir, estamos ante un tratamiento potencialmente rápido, reproducible y prometedor… pero cuya duración es, por ahora, limitada.

Seguridad y tolerancia: un perfil más amable que otros tratamientos rápidos 🏥

Cuando hablamos de intervenciones de acción inmediata en psiquiatría, aparece inevitablemente la comparación con la ketamina, que también actúa sobre los receptores NMDA. La ketamina ha demostrado gran eficacia, pero también genera inquietudes: disociación, malestar físico, potencial de abuso en algunos contextos. La pregunta es: ¿qué pasa con el óxido nitroso? La revisión señala que:

• Los efectos adversos fueron leves y transitorios.

• El porcentaje de personas que los experimentó fue bajo.

• El formato al 25% es aún mejor tolerado que al 50%.

• Los efectos secundarios más típicos fueron náuseas leves, mareo o sensación transitoria de desconexión, que se resolvieron rápido.

Esto posiciona al óxido nitroso como un candidato interesante para quienes necesitan alivio rápido sin exponerse a efectos más intensos. Eso sí, también implica que necesitamos protocolos bien definidos, porque la línea entre “rápido y seguro” y “rápido y superficial” depende de lograr un equilibrio entre dosis, duración y repetición.

¿Y ahora qué? Lo que falta por saber antes de que llegue a clínicas y hospitales 📚

El panorama actual es esperanzador, pero está lejos de ser definitivo. La revisión insiste en varias limitaciones:

● Los estudios son pequeños

Ninguno de los ensayos revisados tiene grandes muestras. Son estudios de fase temprana, exploratorios.

● Falta diversidad

La mayoría de participantes son adultos de mediana edad con depresión mayor o resistente. No está claro si los resultados se replican en adolescentes, mayores o poblaciones con comorbilidades.

● Aún no sabemos la frecuencia ideal

¿Una sesión a la semana? ¿Varias sesiones bajas en lugar de una alta? ¿Combinación con psicoterapia? No hay respuestas cerradas.

● Falta investigación a largo plazo

Lo más importante: no tenemos evidencia sobre la durabilidad del efecto. Sabemos que funciona en horas y días; no sabemos si un protocolo de varias sesiones puede producir un alivio más estable.

● Estandarizar protocolos es esencial

Dosis, concentración, duración, comparadores… hoy cada estudio usa un método distinto. Para avanzar, necesitamos que la comunidad científica se ponga de acuerdo en cómo evaluar el óxido nitroso.

🧠 Un horizonte posible: tratamientos que alivian en horas, no semanas

Si los resultados se confirman en estudios más amplios, podríamos estar ante una nueva clase de intervenciones rápidas con un perfil de seguridad amable y un impacto inmediato. No sustituirían a los antidepresivos tradicionales (que siguen siendo esenciales para prevenir recaídas), pero podrían abrir un nicho terapéutico nuevo para personas en crisis aguda, para quienes no toleran o no responden a la medicación clásica y para momentos en los que el tiempo importa demasiado.

Imagina poder ofrecer alivio en la misma tarde en la que se consulta ayuda. No es magia, ni solución permanente, pero sí un puente importante. El óxido nitroso no es la respuesta definitiva, pero podría formar parte del futuro de la psiquiatría: tratamientos más rápidos, más tolerables y más personalizados. Un recordatorio de que, incluso en un campo tan complejo como la depresión, la innovación no siempre llega en forma de pastilla; a veces llega en forma de respiración profunda.

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