El Experimento de Harlow: la crueldad en nombre de la ciencia 🐒

¡Hola! En la Newsletter de hoy descubriremos un relato que marcó un oscuro capítulo en la historia de la Psicología, cuando en los años 50, un psicólogo estadounidense quiso estudiar la dependencia materna aislando a monos recién nacidos de sus madres. Del mismo modo, analizaremos las bases psicológicas del apego infantil que derivaron de este cruel experimento y, como siempre, haremos un repaso de la actualidad en el mundo de la Psicología.

¡Empezamos"!

— Natalia Menéndez, Pol Bertran

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El experimento de los primates de Harlow 🐒

Las relaciones humanas y la forma en la que nos impactan para bien o para mal son uno de los temas de mayor interés para la psicología. Hoy sabemos con seguridad que la calidad de nuestras relaciones, especialmente aquellas que formamos en los primeros años de vida con nuestras figuras de referencia, marcan nuestro desarrollo emocional.

Sin embargo, la importancia de los primeros vínculos no era algo tan evidente hace algunas décadas. Fue gracias a las investigaciones en el campo psicológico que esta idea empezó a tener fundamento empírico. Precisamente, hoy hablaremos de uno de esos experimentos que marcaron un punto de inflexión en lo que respecta a la ciencia del apego: el experimento de Harlow con crías de macaco Rhesus.

Para situarnos y tener algo de contexto, es importante recordar que a comienzos del pasado siglo eran las escuelas freudiana y conductista las que se encontraban en su punto álgido. A pesar de las importantes diferencias que entre ellas existían, coincidían en una idea: la base del apego que los niños mostraban al nacer hacia sus madres no era otra cosa que la necesidad de alimento.

Así, al ser la madre la figura capaz de brindar lactancia, esto le proporcionaba un estatus diferente a nivel relacional con su hijo/a. Sin embargo, autores como Bowlby y Harlow tenían serias dudas acerca de la veracidad de esta hipótesis. Desde su punto de vista, el apego era una necesidad básica y diferente de la alimentación, la cual era valiosa en sí misma ya que todos los seres humanos necesitamos esa sensación de calor y protección. 

Para poner a prueba sus planteamientos, Harlow decidió experimentar con animales. Eligió para ello al macaco Rhesus, ya que los primates poseen muchas similitudes con el ser humano. Es importante situar esta investigación en el tiempo, concretamente en la década de los años treinta, pues va totalmente en contra del bienestar y respeto hacia los animales. La metodología de Harlow fue desde luego cruel y en este sentido más que criticable. Asumiendo esto, vamos a describir su procedimiento.

El investigador inició una colonia reproductora de esta especie, de manera que pudiese acceder a crías con facilidad para sus diversos grupos experimentales. El objetivo era observar a los monitos en distintas situaciones de crianza para comparar su conducta posterior.

Algunos de los monitos fueron separados de sus madres. En estos casos, los animales mostraban una necesidad imperiosa de apego, que se observaba por su fijación hacia objetos inertes, como por ejemplo un retal de tela. Aunque estas crías deprivadas de afecto sí veían cubiertas otras necesidades como el alimento o la limpieza, parecían tener una conducta desorganizada si se les retiraba el objeto en cuestión.

De acuerdo con sus observaciones iniciales, Harlow colocó a los monitos en jaulas donde poseían dos tipos de “madres”. Por un lado, una madre de alambre que ofrecía simplemente alimento. Por otro, una madre que no daba alimento pero que tenía una textura suave de felpa.

Lo que Harlow observó fue que los monitos sólo acudían a la madre de alambre para obtener su alimento. Sin embargo, el resto del tiempo se aferraban a la madre de tela. Si se introducía un elemento atemorizante en la jaula, las crías se refugiaban en la figura de felpa buscando protección. Incluso tras dejar pasar el tiempo sin contacto con la figura de felpa, los monos parecían reconocerla, mostrando gran cariño hacia ella.

De acuerdo con los hallazgos, Harlow demostró que el alimento no era en absoluto lo que unía a las crías con sus madres, sino la necesidad de cariño y contacto físico.

Las bases psicológicas del apego infantil 🌻

Aunque en el momento en el que Harlow realizó sus trabajos el apego era algo todavía muy desconocido, hoy la Teoría del Apego es una de las más importantes en el ámbito de la psicología.

La premisa básica de esta teoría indica que la relación de un bebé con su figura de cuidado en las primeras etapas del desarrollo es básica para que este pueda desarrollarse de la mejor manera posible a nivel biológico, emocional y social.

Cuando un cuidador sintoniza emocionalmente con su bebé se produce el llamado apego seguro, el cual actúa como un cimiento necesario para que los niños crezcan sanos y felices, sintiéndose seguros y queridos de forma incondicional. De la misma forma, cuando este apego seguro no se produce por negligencia o violencia hacia los niños, el riesgo de problemas en el desarrollo se dispara a todos los niveles.

La teoría del apego se nutre de aportaciones de autores como Harlow, Bowlby o Spitz, los cuales investigaron la forma en la que la separación afectiva entre los niños y sus progenitores repercute en sus emociones y comportamiento.

El impacto de esta teoría fue de enorme alcance, pues transforma por completo nuestra concepción de la crianza y la manera en la que se debe atender a los pequeños desde sus primeros días de vida.

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