El peso de las expectativas en Navidad

¡Hola! En la Newsletter de hoy hablaremos de cómo las expectativas y la presión social durante las fechas navideñas pueden hacer mella en nuestra salud mental y emocional. Del mismo modo, entenderemos cómo enfocar las fiestas de una forma saludable y, como siempre, haremos un repaso de la actualidad en el mundo de la Psicología.

— Natalia Menéndez, Pol Bertran

¿Cómo nos merma la presión social en Navidad? 🎄

La Navidad es una etapa tradicionalmente asociada al amor, la alegría y la familia. Aunque a priori estas fechas se presentan como un momento idílico de disfrute, la realidad de muchas personas dista bastante de esta concepción.

En este momento del año es habitual que las expectativas y la presión social hagan efecto sobre nuestra salud mental. El mensaje que se nos ofrece en las redes sociales y la publicidad puede llevarnos a experimentar mucho sufrimiento al ver que nuestra realidad no es como la que los demás supuestamente tienen.

Desde luego, las expectativas forman parte del funcionamiento normal de nuestra mente. En cierta forma, este mecanismo nos ayuda a sentirnos más preparados ante determinados eventos, especialmente cuando estos se repiten en el tiempo con cierta periodicidad. El problema aparece cuando nuestras expectativas se vuelven demasiado rígidas o desajustadas, impidiendonos entender de forma realista cuáles son nuestras circunstancias.

Tener los pies en la tierra y entender qué podemos esperar y qué no de estas fechas es esencial, ya que de lo contrario la época navideña puede volverse especialmente dura emocionalmente. Por ejemplo, si en estos días en los que abundan las reuniones familiares nos empeñamos en que la cena de Nochebuena sea “perfecta” cuando lo cierto es que hay conflictos de por medio, al malestar de que exista ese conflicto le añadiremos la desazón de no tener esa familia idílica que sale en los anuncios. Hay algunos aspectos que pueden llevarnos a crear unas expectativas demasiado exigentes alrededor de estas fiestas:

• Un estilo de vida que no nos gusta: Si tenemos una vida infeliz, en la que vivimos sobrecargados con el foco siempre puesto en las vacaciones sin disfrutar de lo cotidiano, podemos depositar en las vacaciones navideñas demasiado ansia de perfección. Esperamos con tantas ganas este momento que lo idealizamos, ignorando que incluso en estas fechas podemos sentirnos tristes, enfadados, tener conflictos…

• Problemas familiares: A veces también sucede que esperamos de la Navidad que esta solucione problemas en nuestra familia que vienen estando ahí durante todo el año. Llegamos a las reuniones familiares esperando que padres, hermanos, abuelos…cambien su manera de ser o comportarse, cuando lo cierto es que en Navidad siguen siendo las mismas personas de siempre. Podemos incluso volvernos extremadamente complacientes buscando que el clima sea armonioso, algo que puede dejarnos exhaustos.

• La influencia de la publicidad y las redes: Sin duda, un gran problema en relación a las expectativas es la influencia de los medios de comunicación. En ellos se proyecta una imagen muy edulcorada de estas fiestas, con familias felices y perfectas que cenan unidas, tienen regalos y ninguna preocupación. La realidad es que la gran mayoría de los mortales carecen de una vida así de perfecta, pues siempre hay alguna dificultad de por medio: un familiar que ya no está, problemas económicos, una ruptura reciente de pareja… Todo ello puede hacer que nuestras expectativas choquen de lleno con la realidad que nos toca afrontar.

En definitiva, nuestra vida no tiene por qué parecerse a una postal de Navidad. Si estás lidiando con un momento difícil para ti y conectas con emociones difíciles o recuerdos dolorosos, es fundamental afrontar estas fechas de una forma amable contigo y con tus necesidades.

Cómo enfocar estas fiestas de forma saludable 🌟

Como venimos comentando, el peso de la presión social y las expectativas puede mermar nuestra salud emocional en Navidad. La buena noticia es que está en nuestra mano aprender a acoger nuestras emociones y afrontar este momento de la forma más saludable posible, sin forzar ni desconectarnos de nuestra propia realidad. A continuación, veremos algunas claves que pueden ayudar en este sentido:

• Cultivar la flexibilidad: Lejos de irnos a los extremos y ver la situación en términos de todo/nada, la clave está en flexibilizar. Plantearnos estas fiestas desde la perfección puede resultar emocionalmente agotador, por lo que es conveniente aflojar un poco nuestra exigencia. Puede que te apetezca organizar una cena o decorar la casa, pero eso no significa que debas tener la casa o la mesa perfectas. El objetivo no es alcanzar la perfección, sino disfrutar del momento en la medida de lo posible.

• Entrena la gratitud: Tienes derecho a sentir emociones desagradables en estas fechas, especialmente si estás pasando un mal momento. Sin embargo, también es importante ser capaces de valorar aquello que sí tenemos en nuestra vida. Agradecer hasta esos detalles más pequeños es una forma de enfocar estas fiestas de manera más relajada, realista y agradable.

• Vive la vida real y toma distancia de las redes: Es fácil caer en la trampa de saturarse con demasiado contenido de las redes sociales. Exponerse continuamente a imágenes que idealizan la navidad puede fomentar las comparaciones, las cuales siempre son injustas. Comparamos toda nuestra vida con esa pequeña parcela que los demás nos enseñan, dando por hecho que las vidas ajenas son tan perfectas o ideales como parecen. Por ello, es recomendable soltar el teléfono móvil y enfocarnos en vivir el momento presente.

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