¿Por qué el vegetarianismo es más común en mujeres que en hombres?

¡Hola! En la Newsletter de hoy exploraremos las causas de la tendencia, avalada por recientes investigaciones, de que el vegetarianismo, por mucho que esté aumentando en todo el mundo, sigue siendo mucho más frecuente en mujeres que en hombres. Entenderemos qué hay detrás de este fenómeno y, como siempre, haremos un repaso de la actualidad en el mundo de la Psicología.

¡Empezamos!

— Natalia Menéndez, Pol Bertran

Ser vegetariano: ¿una cuestión de sexos? 🥬🤔

Los seres humanos hemos progresado como especie de manera impactante, algo especialmente acelerado en el último siglo. Nuestro estilo de vida y valores van evolucionando con el tiempo y ello genera la aparición de nuevos retos y dilemas.

El bienestar y la dignidad de los animales es una de las cuestiones que más interés está despertando en los últimos tiempos. De entrada, la globalización ha venido transformando el concepto que tenemos de ellos. Las generaciones anteriores veían a los animales como fuente de alimento o, en el mejor de los casos, herramientas de apoyo en distintas tareas más que como miembros de la familia.

Esta realidad ha ido cambiando, ya que cada vez son más las personas que ven en los animales seres vivos con derechos propios que merecen ser respetados. Esto se ha traducido en cambios en el estilo de vida como es la adopción de una dieta vegetariana, evitando así el consumo de productos animales como la carne. Hay quienes van más allá y procuran adoptar un cambio integral que no se limita a la alimentación, optando por productos de origen vegetal también para el vestido o la higiene. Aunque la dieta vegetariana puede variar en su tipo y grado de restricción, la realidad es que es una alternativa cada vez más extendida.

En particular, los estudios indican que en el año 2022 el porcentaje de estadounidenses vegetarianos o veganos se había multiplicado por seis. No obstante, hoy no nos centraremos en el hecho de que esta opción gane popularidad. Más bien, hablaremos acerca de por qué este movimiento está protagonizado por mujeres, siendo los varones una clara minoría.

John Nezlek y Catherine Forsetell decidieron realizar dos estudios para investigar dicha cuestión. En el primero optaron por analizar las diferencias de género en los cambios de dieta de una muestra de estudiantes universitarios a lo largo de 15 años. En el segundo decidieron enfocarse en las diferencias de género relacionadas con los motivos por los cuales los sujetos habían renunciado a la carne.

En el primer estudio, los investigadores detectaron que el porcentaje de personas vegetarianas o veganas se había duplicado entre los años 2008 y 2023. Sin embargo, este aumento era exclusivamente atribuible a las mujeres. De hecho, mientras que en la muestra femenina el porcentaje de vegetarianas había ascendido de un 4,3% a un 8%, en la masculina el porcentaje de varones con este tipo de dieta descendió del 2,5% al 1,8%. Los resultados se mantuvieron en esta misma tendencia incluso cuando se incluyeron en los análisis a los individuos “pescetarianos”, es decir, que no consumen carne pero sí pescado.

En el segundo estudio, se preguntó a los participantes acerca de cuál había sido su razón principal para dejar de comer carne, ofreciendo tres opciones de respuesta: razones éticas, razones medioambientales o razones de salud. Los investigadores hallaron de nuevo resultados diferentes entre sexos. Mientras que ellas eran más propensas a cambiar su dieta por razones éticas (46%), ellos hacían referencia principalmente a razones de tipo medioambiental (30%). En ambos sexos el 40% reconocía retirar la carne de su dieta por motivos de salud.

Los investigadores indican que las mujeres tienden a mostrar por norma general mayor preocupación por el bienestar animal que los hombres. Ejemplo de ello es que ellas donan más dinero a organizaciones relacionadas con la ayuda a los animales, y también se muestran más participativas en el movimiento defensor del bienestar animal.

Parece que detrás de estas diferencias no hay una causa única. Los autores hablan de una compleja interacción entre el entorno y la genética. Parece que la genética tiene un papel significativo, algo que se ha observado en estudios de gemelos. En un estudio realizado en Finlandia, se descubrió que los genes podían explicar alrededor del 50% de las diferencias entre las mujeres en cuanto a sus preferencias por la carne, en comparación con el 25% de las diferencias individuales en varones.

Aunque el entorno puede condicionar nuestras decisiones alimentarias, lo cierto es que las diferencias de género en cuanto a la preocupación por los animales parecen prácticamente universales. En un estudio intercultural realizado en 2021, se observó que las mujeres de 22 países puntuaron más alto que los hombres en escalas que medían la preocupación por otras especies. 

Aunque estos estudios utilizan como muestra a población universitaria y ello impide hacer generalizaciones a toda la población, lo cierto es que los resultados comentados son más que interesantes.

Los autores sospechan que las campañas a favor de un estilo de vida vegetariano quizá deberían ser diseñadas de manera diferencial para el público masculino y femenino. Así, ellos podrían sentirse más atraídos por argumentos relacionados con cuestiones medioambientales, mientras que ellas podrían sentirse más identificadas con motivos de tipo ético.

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