¿Por qué nos gusta tanto el True Crime?

¡Hola! En la Newsletter de hoy exploraremos el origen de la fascinación que sentimos por el “True Crime”, las razones psicológicas detrás de ese interés por conocer la historia de crímenes reales. Del mismo modo, recomendaremos lecturas para los más curiosos y, como siempre, haremos un repaso de la actualidad en el mundo de la Psicología.

¡Empezamos!

— Natalia Menéndez, Pol Bertran

Enganchados al True Crime 🔪

Hoy en día son muchas las personas que dedican parte de su tiempo de ocio al consumo de series o películas. Las plataformas de streaming cada vez ofrecen una abanico de opciones más amplio y diverso, lo que les ha permitido colarse en las pantallas de la mayoría de hogares.

Si eres usuario de alguna de estas plataformas, sabrás que a menudo el contenido más popular se organiza en forma de ranking, además de mostrar en primer plano las últimas novedades incorporadas para disfrute de los consumidores. En los últimos tiempos, un género se ha vuelto especialmente popular entre el público hasta colocarse en los puestos más altos de audiencia: hablamos del “true crime”.

El true crime (cuyo significado es literalmente “crimen real”) es un género cinematográfico de no-ficción en el cual se examina un crimen que sucedió en la realidad, siendo habitual que el contenido de este tipo gire en torno a casos de asesinato. Se trata de un género ampliamente criticado por caer en el sensacionalismo y resultar en muchas ocasiones insensible hacia las víctimas y sus familias.

A pesar de los muchos argumentos en contra planteados por sus detractores, el true crime no ha dejado de escalar en sus niveles de popularidad. La cuestión que hoy nos planteamos es por qué a pesar de su cuestionable moralidad este contenido es tan atractivo para el público general. Veamos algunas hipótesis explicativas que pueden estar detrás de este fenómeno:

• La atracción natural del ser humano hacia el mal: Algunos expertos señalan que el ser humano está genéticamente programado para sentir interés por el crimen. El motivo es que nuestra mente detecta que el contenido de este tipo es una fuente de aprendizaje para poder salvar la vida en caso de encontrarnos situaciones futuras que sean similares. Además, esta atracción también tiene relación con la química de nuestro cerebro. El contenido sobre crímenes activa la liberación de sustancias como la dopamina o la adrenalina (asociadas a la emoción del miedo). Cuando experimentamos este “subidón” cerebral en un entorno seguro donde sabemos que nuestra integridad no peligra, la experiencia puede ser placentera.

• La curiosidad propia del ser humano: Las personas somos curiosas por naturaleza. No nos gusta la incertidumbre y siempre estamos tratando de encontrar respuesta a nuestras preguntas. En el true crime se presentan a menudo crímenes incomprensibles desde el punto de vista lógico o que no han llegado a resolverse. Esto puede despertar en nosotros esa necesidad de saber más, manteniéndonos atrapados ante la pantalla. Esta sed curiosa también aumenta debido a los potentes debates morales y éticos que despiertan los contenidos sobre crímenes. Esto contribuye a reafirmarnos en nuestras creencias y valores.

• La búsqueda de desconexión: Asomarnos a otros mundos lejanos como puede ser el escenario de un crimen puede ser también una vía de escape a nuestros problemas. Muchas personas buscan en el consumo de este contenido una forma de relajarse y desconectar. Curiosamente, esto puede representar una forma de “mindfulness”, en el sentido de que ponemos todo nuestro foco en la situación que estamos viendo en ese momento presente dejando en segundo plano los pensamientos o emociones de nuestra propia vida.

• El aumento de la sensación de control: Cuando consumimos contenido de este género podemos sentir que estamos ganando preparación para no sufrir experiencias de este tipo en primera persona. Asomarnos a lo peor del ser humano puede hacernos sentir una falsa sensación de control, lo que paradójicamente aumenta nuestro sentimiento de seguridad en el mundo.

• El desarrollo de desensibilización por exposición repetida: El hecho de consumir de manera frecuente contenido de true crime puede llevarnos a experimentar cierta desensibilización. De esta manera, casos que de primera mano pueden resultar aterradores llegan a percibirse con mayor neutralidad. Para muchas personas esto es una manera de calmar su propio miedo al peligro.

• La empatía ante el dolor ajeno: Aunque el true crime ha sido tachado muchas veces como un género insensible, lo curioso es que para muchos espectadores la motivación principal de su consumo es la empatía. Los seres humanos poseemos una naturaleza social y, en principio, estamos programados para conectar socialmente con los demás. Cuando vemos contenido sobre crímenes podemos sentir no sólo curiosidad, sino también dolor al empatizar con lo que la víctima o sus seres queridos pudieron sufrir entonces.

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La reseña destacada de la última edición:
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