¿Amor a primera vista? La ciencia detrás de los "flechazos" 💘

Todos hemos sentido alguna vez un flechazo, pero, ¿realmente existe eso del amor a primera vista? ¿Qué dice la ciencia? ¿Qué fenómeno psicológico está detrás?

¡Hola! En la Newsletter de hoy nos sumergiremos en el mundo del amor, inspeccionando qué dice la ciencia y la Psicología acerca de los famosos “flechazos”. ¿Realmente existe el amor a primera vista? ¿O es todo una construcción más dentro del mito del amor romántico? Estas y muchas otras preguntas serán respondidas al tiempo que haremos un repaso de la actualidad y las tendencias en la Psicología.

— Natalia Menéndez, Pol Bertran

¿Existe el amor a primera vista? 💘

El llamado amor a primera vista, ese flechazo por el cual caemos rendidos ante alguien desde el minuto uno, ha sido un tema recurrente en las tramas de libros y películas románticas. Los protagonistas se encuentran de forma casual y, de manera casi mágica, surge una chispa. Se quedan prendados el uno del otro sin ni siquiera conocerse.

Si bien las historias de amor a primera vista suelen encandilar a los espectadores, la realidad es que existe mucho debate acerca de si este fenómeno es posible. De acuerdo con los estudios realizados hasta la fecha, la ciencia parece descartar la idea de que el amor, entendido como un sentimiento profundo, pueda aparecer de esta manera tan espontánea. Más bien, esa primera conexión se relaciona con el atractivo en un sentido estrictamente físico. Sin embargo, nuestra mente tiende a rellenar los vacíos de información con datos de su propia cosecha, construyendo toda una historia romántica a partir de ese chispazo inicial.

En este sentido, podemos hablar de que en el amor se produce el llamado “efecto halo”. Así, cuando conocemos a una persona que nos resulta atractiva, le atribuimos de manera inmediata una serie de características positivas que no tienen por qué ser reales. Es decir, presuponemos que esa persona que físicamente nos gusta también es afín a nosotros acorde a su manera de ser, gustos…

Es este punto el momento clave en el que muchos confunden la atracción puramente física con el sentimiento real de amor. La muestra de que el llamado flechazo tiene poco que ver con el vínculo de amor es que es más probable que esto suceda con personas físicamente atractivas. En cambio, el amor implica aspectos más profundos, relacionados también con el interior del otro, la forma en la que se comporta, cómo nos trata, etc.

Por supuesto, existen casos en los que esa primera conexión física va seguida de más encuentros y la consiguiente historia de amor. Sin embargo, debemos tener claro que es nuestra mente la que confabula y crea un hilo conductor desde el inicio hasta el final. De esta manera, terminamos con la falsa creencia de que nos enamoramos de esa persona inmediatamente.

Seguramente hayas visto cerca de ti supuestas historias de amor a primera vista. Creer en que este fenómeno existe es muy tentador, pues nos da esa confianza en que estamos destinados a estar con alguien y que el amor es algo espontáneo, rápido, fácil e ideal. Sin embargo, aferrarnos a esto nos impide ver el amor de una forma realista y entender que el sentimiento va mucho más allá de si una persona nos atrae a nivel físico.

En definitiva, el amor a primera vista nos hace ver el mundo de las relaciones de una manera superficial. El amor es algo complejo y se conoce que a lo largo de una relación se transitan diversas fases:

  • Enamoramiento: La primera es la fase de enamoramiento. Aquí la pareja está viviendo una luna de miel en la que sólo hay cabida para la atracción y el deseo. Es la etapa en la que se idealiza a la otra persona, obviando sus defectos y posibles dificultades. Es la etapa más estimulante, la que se plasma en las películas.

  • Compromiso: Tras el enamoramiento, pasamos al compromiso. En este punto las emociones ya no lo dominan todo y la razón empieza a intervenir. Hay una conexión más estrecha y calmada, se empieza a construir un proyecto conjunto y cada miembro cuida a la vez su parcela individual.

  • Desilusión: En muchas relaciones se acaba terminando en una etapa de desilusión, donde empiezan a irritar los defectos del otro. Hay conflictos, diferencias y estancamiento. Puede seguir existiendo amor, de forma que la manera en la que se gestiona la crisis permitirá seguir con el vínculo o no.

  • Amor real: Esta fase aparece cuando una pareja logra encontrar consenso en medio de sus diferencias. Son un equipo coordinado que trata de llegar a acuerdos satisfactorios. El amor es seguro y estable.

  • Transformación: En esta fase la pareja ya ha transitado muchas obligaciones externas (trabajo, hijos, familias políticas…) y puede centrarse más en sí misma. El núcleo es el proyecto común y se trabaja la comprensión mutua.

Como vemos, el enamoramiento inicial es sólo una pequeña fase de todo lo que implica un vínculo de amor.

El mito del amor romántico 💔

La idea del amor romántico ha contaminado enormemente las relaciones y nuestra manera de vivirlas. Creer en que podemos experimentar sentimientos de amor profundo por unos instantes de atractivo físico convierte al amor en una historia más ficticia que real.

El mito del amor romántico suele implicar premisas como que el amor es algo para lo que estamos destinados, que todos tenemos una media naranja e incluso que el amor es algo que debe fluir sin esfuerzo. Sin embargo, la realidad es que el amor no es estático, pasa por las fases que hemos comentado.

Así, requiere ser cuidado mediante acciones y compromisos, no basta con dejarnos llevar. Añadido a esto, el amor tiene mucho que ver con la estabilidad, siendo la euforia del principio una etapa limitada en el tiempo. Esperar que nuestra relación de pareja sea siempre una montaña rusa hormonal nos hace idealizar el amor y frustrarnos cuando nos encontramos con la rutina y la normalidad cotidiana.

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