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El "Síndrome de Cotard": cuando creemos que estamos muertos
En los últimos años se han diagnosticado 200 casos en todo el mundo del conocido como Síndrome de Cotard, una extrañísima enfermedad mental en la que la persona está convencida de estar muerta y de estar sufriendo descomposición de sus órganos.
¡Hola! En la Newsletter de hoy exploraremos una extrañísima enfermedad mental que hace que las personas que la sufran crean que están muertas y que sus órganos se están descomponiendo: el síndrome de Cotard. Una patología que ha sido diagnosticada en solo 200 personas en todo el mundo. Del mismo modo y como siempre, haremos un repaso de la actualidad en el mundo de la Psicología.
¡Empezamos!
— Natalia Menéndez, Pol Bertran
La enfermedad que nos hace creer que hemos fallecido 🧟
El síndrome de Cotard es una extraña enfermedad psiquiátrica en la que la persona que la padece está convencida de estar muerta y estar sufriendo una descomposición de sus órganos. Conocido también como delirio de negación, se trata de una condición clínica relacionada con la hipocondría en la que el paciente cree, de forma tanto figurada como literal, estar muerto, estar sufriendo putrefacción o simplemente no existir.
Estamos ante una patología psiquiátrica cuyas bases no están del todo claras, pues en algunos casos, la persona se cree y se siente incapaz de morir. Por sus expresiones, muchos medios de comunicación se refieren a él como “el síndrome del paciente zombie”. Pero esto es una falta de respeto para la gente que lo padece y una forma muy poco técnica de hablar de una enfermedad.
Esta enfermedad, que recibe su nombre del neurólogo francés Jules Cotard, quien la reconoció como entidad y la describió en el año 1880, hace que las personas no puedan ser funcionales a nivel social. Llegan a creer que sus órganos están paralizados e incluso en estado de descomposición, pudiendo incluso experimentar alucinaciones olfativas que confirman sus delirios.
No siempre existe la creencia de estar muerto, pero en los casos más graves sí. Los pacientes pueden llegar a digerir la idea de estar muertos y comunicar la noticia a sus seres queridos. De ahí que se considere un delirio de negación o nihilista, pues el trastorno hace que las personas cuestionen su propia existencia.
Aun así, hay que tener en cuenta que este síndrome no está reconocido ni el DSM-5 ni por la Organización Mundial de la Salud, así que sus bases clínicas, como ya hemos mencionado, no están tan bien descritas como sería necesario.
Lo que sí está claro, sin embargo, es que las (pocas) personas que padecen esta enfermedad están expuestas a niveles muy altos de sufrimiento, pues ya no solo es que presente una clara asociación con la depresión mayor, sino que niegan su propia vida.
El síndrome de Cotard es una enfermedad psiquiátrica muy extraña. De hecho, pese a que no hay cifras exactas acerca de su prevalencia (recordemos que no está reconocida todavía por la OMS ni en el DSM-5), se estima que en los últimos años solo se habrían diagnosticado unos 200 casos en todo el mundo.
Esta bajísima incidencia, junto a la falta de literatura científica acerca de esta entidad, hace que las causas detrás del síndrome de Cotard sean, en gran medida, un misterio. Aun así, existe una hipótesis acerca de su origen que muchos psiquiatras (no todos) defienden.
Esta teoría dice que la aparición del síndrome de Cotard se debe a la combinación de dos factores. Por un lado, una anomalía neurológica que da lugar a la vivencia de experiencias subjetivas vinculadas a los delirios. Es decir, una condición son las alteraciones biológicas en nuestro sistema neurológico.
Y, por otro lado, algún tipo de fallo en los mecanismos cerebrales asociados a la lógica. Esta alteración en el sistema de evaluación de las creencias es lo que, en conjunción con los delirios y las experiencias subjetivas, puede provocar que la persona llegue a la conclusión de que está muerta. Delirios y dificultades para razonar. De ahí que se pueda llegar a este extremo del nihilismo y dudar de nuestra existencia.
Además, el síndrome de Cotard parece ser parte de otra enfermedad psiquiátrica (o no psiquiátrica) de fondo. Parece haber una correlación con la depresión mayor, el Parkinson, la demencia, la esquizofrenia, la esclerosis múltiple, una lesión cerebral traumática, la ansiedad, enfermedades cardiovasculares…
Esto no significa que las personas con estos problemas de salud física o psicológica tengan riesgo de padecer esta enfermedad. Simplemente quiere decir que el síndrome de Cotard parece estar vinculado a estos cuadros. Aunque otras veces se ha observado en personas que no tenían ningún problema de salud de fondo.
¿Cómo se manifiesta el Síndrome de Cotard? 🧠
El síndrome de Cotard es una enfermedad psiquiátrica muy extraña que no está bien definida a nivel clínico. Aun así, sí que sabemos cuáles son sus principales síntomas. Se trata de un delirio de negación extrema, por lo que las principales manifestaciones son la negación del propio cuerpo (86%), la negación de la existencia (69%), la hipocondría vinculada la sensación de estar muerto (58%) y la sensación de inmortalidad (55%).
Por lo tanto, pese a que lo más famoso de este síndrome es la asociación con la creencia de estar muerto, esto se experimenta en, aproximadamente, la mitad de los casos. El paciente generalmente cree que sus órganos vitales están paralizados y llega a experimentar delirios sensoriales que confirman esta creencia.
Realmente, su cerebro interpreta que el corazón no late, que los pulmones no inhalan aire, que los intestinos no funcionan, que no tienen sentidos, que la sangre no fluye… Todas estas alucinaciones pueden derivar en la firme creencia de que están en estado de descomposición.
Las personas afectadas por el síndrome de Cotard, además de negar su existencia o la de su cuerpo, pueden llegar a sentir que sus órganos están en estado de descomposición y putrefacción, pudiendo tener delirios olfativos (oler a carne podrida) y visuales (ver gusanos deslizándose sobre su piel) para confirmar su propia creencia de estar muertos.
Es en los casos más graves y clínicamente más complejos que la persona puede llegar a creer, dentro del delirio de estar muerto, que se ha convertido en una especie de ser inmortal condenado a ser un “muerto en vida”. De ahí el mediático nombre que hemos comentado anteriormente y que es usado por medios de comunicación algo sensacionalistas.
Hay que tener en cuenta que todos estos delirios acerca de la muerte, en combinación con la afectación emocional de la depresión u otros cuadros psiquiátricos vinculados al síndrome de Cotard, hacen que la persona afectada tenga un riesgo muy alto de suicidio o comportamientos que, al creer que no causarán daño (porque la persona piensa que está muerta y/o que es inmortal), puedan derivar en su muerte verdadera.
El tratamiento y pronóstico del síndrome de Cotard depende, en gran medida, de la condición psiquiátrica de fondo. De hecho, la literatura científica actual no describe con claridad cuál es el pronóstico exacto de esta enfermedad. Al parecer, varía mucho desde una recuperación súbita y sin explicación hasta una conversión a un trastorno crónico severo y de difícil recuperación.
Sea como sea, el tratamiento del síndrome de Cotard debería basarse en las opciones terapéuticas de la condición de fondo (si es una depresión, habría que tratar esta condición con medicamentos antidepresivos), pues todavía no se han realizado estudios para encontrar las líneas de tratamiento clínico para abordar este síndrome tan extraño y aterrador.
Aun así, el tratamiento más indicado para el síndrome de Cotard parece ser la terapia electroconvulsiva (en combinación con la terapia farmacológica), un procedimiento clínico que se realiza con anestesia general y que se basa en hacer pasar pequeñas descargas de corrientes eléctricas por el cerebro y así desencadenar una breve convulsión que altera la neuroquímica cerebral y que puede revertir algunos de los síntomas vinculados a esta patología.
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que esta terapia electroconvulsiva solo se utiliza cuando otros tratamientos no han funcionado (por eso es una de las pocas alternativas para tratar el síndrome de Cotard) y que no es útil en todas las personas. Y a pesar de que resulte sorprendente administrar electricidad al cerebro, a día de hoy, esta terapia es mucho más segura que hace años. Evidentemente, hay riesgos (como cualquier tratamiento), pero no se observa pérdida de memoria ni otros efectos secundarios graves.
Como vemos, el síndrome de Cotard es una enfermedad mental grave que, si bien es extraña y parece ser un síntoma de otra condición psiquiátrica de fondo, por sus implicaciones y la gravedad de su sintomatología, necesita de más estudios, reconocimiento y, sobre todo, respeto.
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