👀 Las fobias más raras del mundo: ¿Cuál es el miedo más extraño que existe?

¡Hola! En la Newsletter de hoy nos sumergiremos en el lado más curioso de las fobias, los fundamentos de la terapia de los miedos, el hallazgo de que casi todos creemos que somos más inteligentes que la media, y mucho más.

¡Empezamos!

— Natalia Menéndez, Pol Bertran

Unos miedos un tanto… Peculiares 😧

Las fobias constituyen uno de los problemas psicológicos más comunes. Una importante parte de la población sufre, al menos, algún tipo de fobia.

En general, una fobia se podría definir como una reacción de intenso miedo y ansiedad ante una situación u objeto específico. Esta respuesta es incontrolable por parte de la persona afectada, que en consecuencia tiende a evitar aquellos escenarios que impliquen la exposición al estímulo temido.

Las fobias más comunes se asocian con experiencias como volar, conducir o estar en espacios cerrados. También suelen ir dirigidas a estímulos como ciertos animales, la sangre, las agujas o las alturas. En cierta manera, el temor desbordante ante este tipo de escenarios puede llegar a ser comprensible para el resto de la gente. Desde un punto de vista adaptativo ligado a la supervivencia, puede ser útil sentir temor ante elementos como una aguja que puede hacernos daño o un espacio cerrado en el que no tenemos posibilidad de escapatoria.

Sin embargo, lo cierto es que también existen fobias respecto a objetos o situaciones tremendamente sorprendentes. Elementos que a priori podrían parecer inofensivos e incluso atractivos, para algunas personas pueden ser una gran fuente de sufrimiento. Vamos a hacer un repaso de las fobias más raras de todas las que se conocen:

• Sesquipedalofobia: Esta palabreja que traba la lengua a cualquiera hace referencia, irónicamente, a la fobia frente a las palabras largas.

• Turofobia: El queso es uno de los alimentos que más pasiones despierta, aunque no está libre de detractores. Sin embargo, hay quienes van un paso más allá del rechazo, mostrando en su lugar un miedo intenso ante este producto lácteo. Las personas con turofobia se sienten incapaces de estar próximas a este alimento en cualquiera de sus formas.

• Xantofobia: El amarillo es el color del sol, la luz y la alegría. Este tono refleja emociones positivas para la mayoría de la gente, aunque hay quienes sienten un profundo temor cuando lo visualizan tiñendo cualquier objeto.

• Crematofobia: El dinero mueve el mundo a unos niveles inimaginables. Hay quienes harían cualquier locura con tal de convertirse en millonarios, dejando incluso a un lado sus valores y principios. En el polo contrario, nos encontramos a personas que no sólo ignoran el peso del dinero, sino que huyen de él. Se trata de personas que sufren auténtico temor ante la presencia de monedas y billetes.

• Somnifobia: Son muchos los que esperan la llegada del fin de semana para poder disfrutar de pegarse a las sábanas. Sin embargo, para otras personas dormir es algo aterrador que tratan de evitar a toda costa. Sobra decir las duras consecuencias que este tipo de fobia puede llegar a tener para la salud del afectado, ya que un descanso suficiente en cantidad y calidad es vital.

• Omfalofobia: El ombligo es una parte del cuerpo como otra cualquiera, o al menos eso es lo que piensa una mayoría. No obstante, hay individuos que sienten auténtica angustia ante la posibilidad de tocar el ombligo de alguien. Generalmente, esta reacción emocional se deriva del miedo ante la posibilidad de que este se abra o deteriore.

• Filofobia: El amor es una de las cosas más satisfactorias e importantes en la vida, aunque es cierto que no todo el mundo se siente cómodo en las relaciones de pareja. Más allá de quienes rechazan el compromiso, hay personas que sienten auténtica fobia ante la posibilidad de enamorarse. Generalmente, esta extraña fobia se relaciona con el miedo al abandono y al dolor si la cosa no llega a funcionar. Dado que somos seres sociales, este temor tiene un precio muy caro para quien lo sufre, ya que acarrea mucho aislamiento y soledad, por no hablar del rechazo social.

¿Cómo se tratan las fobias? 🧠

Como podrás imaginar, vivir sufriendo una fobia implica un coste notorio para la calidad de vida. Las conductas de evitación que se derivan de ella pueden suponer un auténtico quebradero de cabeza, a lo que debemos de añadir la posible incomprensión del entorno cercano. Por ello, cuando alguien experimenta este tipo de problema psicológico lo más conveniente es que pueda acudir a terapia para ponerle remedio.

Generalmente, el abordaje terapéutico de las fobias se sustenta sobre dos técnicas principales: la desensibilización sistemática y la reestructuración cognitiva. 

La desensibilización sistemática implica un entrenamiento previo por el que la persona aprende a realizar diferentes técnicas de relajación. Después, terapeuta y paciente acuerdan una jerarquía de situaciones temidas asociadas con el elemento fóbico, de forma que la persona comienza exponiéndose a aquellos escenarios que menos miedo le generan.

La clave de esta estrategia es que se produce un proceso de contracondicionamiento, pues la persona induce un estado de calma al mismo tiempo que se expone a la realidad que le atemoriza.

Por otro lado, la reestructuración cognitiva permite a la persona identificar y modificar posibles patrones de pensamiento desadaptativos, que pueden estar favoreciendo el mantenimiento del problema. Generalmente, se trata de creencias demasiado rígidas, generales o alejadas de la realidad que tienen que ver con el estímulo fóbico.

Además, puede ser necesario trabajar otros aspectos que pueden estar detrás del desarrollo de la fobia. Si, por ejemplo, alguien sufre fobia a enamorarse, sería conveniente trabajar con el paciente su temor a ser abandonado antes de que se produzca una exposición como tal.

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