"La disociación mente-cuerpo": cómo el estrés y el trauma conducen a ella

¡Hola! En la Newsletter de hoy hablaremos acerca del famoso fenómeno de la “disociación”, una desconexión mente-cuerpo que repercute en nuestra conciencia, memoria e incluso nuestro sentido de identidad. Analizaremos el caso concreto de Simone Biles y, como siempre, repasaremos la actualidad en el mundo de la Psicología.

¡Empezamos!

— Natalia Menéndez, Pol Bertran

¿Cómo el trauma puede conducir a estados de disociación? ✂️

No son pocos los términos relacionados con la salud mental que se han ido popularizando en el lenguaje coloquial. Palabras como estrés o ansiedad ya son más que familiares para la mayoría, y es que la educación de la población general acerca de estos temas va enriqueciéndose progresivamente.

El hecho de que muchas figuras públicas y celebridades hayan hablado alto y claro sobre sus propias dificultades emocionales ha favorecido enormemente dicho proceso. Esto, sumado a que las investigaciones en psicología se van actualizando, permite arrojar cada vez más luz en lo que respecta a nuestra salud mental.

En particular, todo lo relacionado con la psicología del trauma ha tomado gran impulso en los últimos años. Si bien hace unas décadas el papel de las vivencias traumáticas apenas se consideraba, hoy se les otorga un rol esencial en el origen y desarrollo de muchos trastornos psicopatológicos.

Esto ha contribuido a una comprensión más integral de los problemas mentales, pues ya no se conciben los diagnósticos como categorías cerradas separadas por límites rígidos. En su lugar, toma fuerza la corriente transdiagnóstica, por la cual se asume que todas las problemáticas psicológicas comparten una raíz común. En otras palabras, el sufrimiento suele partir siempre de una base más o menos similar, aunque la forma en la que este se expresa varíe en cada persona.

En esa base compartida, el papel de los traumas que el individuo carga a sus espaldas es central. Así, dos personas con problemáticas aparentemente distintas pueden tener en común el haber transitado vivencias abrumadoras.

La psicología del trauma es un ámbito extremadamente complejo que sería imposible resumir en unas pocas líneas, pero es interesante conocer cómo este se relaciona con un fenómeno presente en muchas personas que luchan con problemas de salud mental: hablamos de la disociación.

El término disociación hace referencia a la desconexión existente entre elementos que habitualmente están asociados entre sí. Esto repercute en nuestra conciencia, memoria e incluso nuestro sentido de identidad. Esto se debe a que, cuando una persona sufre una experiencia que sobrepasa sus recursos de afrontamiento, dicho evento no es procesado de manera adecuada. Sucede así que la estructura de la personalidad se fragmenta en dos, lo cual no es otra cosa que un mecanismo de defensa para evitar el colapso.

Por un lado, encontramos la parte aparentemente normal, que es la que separa el trauma y todo lo relacionado con este, permitiendo así al individuo funcionar en el día a día. Por otro lado, la parte emocional, que sostiene toda la carga emocional negativa que ha quedado congelada y atrapada en la vivencia traumática. En ocasiones, ciertos estímulos o situaciones pueden llevar a que esa parte emocional salga a relucir de diferentes maneras. La persona que sufre este fenómeno que llamamos disociación puede vivir situaciones como las siguientes:

• Cuando habla del suceso traumático, lo hace de una forma plana, sin manifestar emociones de ningún tipo. El embotamiento mantiene a la persona alejada del dolor que este recuerdo puede provocar.

• La persona puede experimentar la aparición de emociones, pensamientos o comportamientos que siente como ajenos a su persona y no puede controlar.

• La persona siente que las emociones toman el control sin poder hacer nada sobre ellas.

• La persona tiene la experiencia de ser un simple pasajero en su propio cuerpo, pierde el control de él y deja de ser quien lleva el control de la situación.

Todo ello provoca en la persona desconcierto e incluso angustia, ya que no comprende el motivo de estas experiencias. Cuando este tipo de sucesos ocurren, es momento de contar con ayuda profesional para entender qué está sucediendo.

El ejemplo de la gimnasta olímpica Simone Biles 🎖️

Como comentábamos más arriba, el papel de las celebridades en la normalización de los problemas de salud mental es de gran valor. Una de las figuras más destacadas por su labor en esta dirección es la gimnasta olímpica Simone Biles. Esta brillante deportista vivió una experiencia terrible en los Juegos Olímpicos de Tokio de 2020, momento en el cual a pesar de contar con entrenamiento y capacidad física brillantes perdió el control de su cuerpo y falló en un ejercicio de manera evidente.

Este momento fue para ella un antes y un después, ya que perder el control de su cuerpo era algo que jamás había experimentado. Biles tomó la difícil decisión de abandonar la competición, un paso que no todo el mundo comprendió entonces.

Sin embargo, ese paso fue crucial para trabajar en su salud mental, recuperarse y hacer un importante trabajo fomentando la atención a la salud mental en el deporte de élite. Además, gracias a darse un tiempo de reflexión, descanso y trabajo terapéutico, Biles regresó con toda su fuerza a los Juegos Olímpicos de París 2024.

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La reseña destacada de la última edición:
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