“La dulce promesa de los afrodisíacos”: ¿mito o realidad?

¡Hola! En la Newsletter de hoy hablaremos de la verdad detrás de los afrodisíacos, alimentos que supuestamente aumentan la libido, haciendo que nuestro deseo sexual se dispare. Del mismo modo, entenderemos en qué debe basarse una sexualidad sana y, como siempre, haremos un repaso de la actualidad en el mundo de la Psicología.

¡Empezamos!

— Natalia Menéndez, Pol Bertran

¿Existen realmente los afrodisíacos? ❤️‍🔥

Seguramente hayas oído hablar de los llamados alimentos afrodisíacos: aquellos que contienen sustancias con la capacidad de incrementar el deseo sexual. De hecho, el nombre que se les da tiene su origen en Afrodita, la diosa griega del amor y la fecundidad.

Lo cierto es que el empleo de ciertos alimentos y productos en el contexto erótico no es algo nuevo. Hace siglos el arte de la estimulación sexual a través de ciertas sustancias era ya algo bien conocido. Sin embargo, en la actualidad la ciencia ha ido desmontando este mito de los alimentos afrodisíacos que durante tanto tiempo se asumió como una verdad evidente.

No es que los alimentos no puedan favorecer el deseo sexual. Por supuesto, en función de cómo y cuándo se consuman, estos pueden constituir un excelente complemento para disfrutar de relaciones sexuales satisfactorias. Sin embargo, los expertos señalan que el supuesto poder afrodisíaco de lo que comemos no viene dado por las características nutricionales específicas del producto, sino por las asociaciones mentales que se crean en torno a él.

Así, no existe ningún alimento que por el mero hecho de ser ingerido despierte un crecimiento en la libido. De hecho, el deseo sexual es un fenómeno de gran complejidad, donde entran en juego diferentes aspectos que no se limitan a los cambios fisiológicos del organismo. En este sentido, los aspectos psicológicos pesan y mucho, ya que nuestra mente tiene el potencial de erotizar prácticamente cualquier estímulo.

Así, un elemento aparentemente neutro puede ser el núcleo de un juego sexual si se utiliza adecuadamente. Una bebida, un dulce o un trozo de hielo son ejemplos de productos que consumimos en todo tipo de contextos pero que, en el ámbito sexual, pueden tomar un carácter muy distinto. Por lo tanto, el erotismo de ciertos alimentos viene configurado por su uso y no por su composición química. No podemos ignorar que, por mucho que consumamos ciertos alimentos, el deseo sólo puede existir si partimos de una buena disposición psicológica con capacidad para entrar en un clima de erotismo.

Lo que la ciencia parece indicar es que alimentos típicamente considerados afrodisíacos como las fresas, el plátano, la canela o el chocolate ejercen una especie de efecto placebo. Las personas que los emplean con una finalidad erótica a menudo parten de la creencia de que estos productos les harán aumentar su deseo, por lo que la simple sugestión hace el resto del trabajo.  Si bien es cierto que productos como el chocolate pueden estimular la producción de sustancias como la serotonina (conocida como la hormona del placer y la felicidad), el nivel en el que lo hacen es tan mínimo que no es posible asociarlo con un efecto notorio en el deseo sexual.

Además del papel de las expectativas, algunos alimentos también pueden despertar cierto erotismo por su semejanza con algunos atributos sexuales, como por ejemplo sucede con el plátano. El contexto también importa. Crear un entorno favorable, con unas condiciones que permitan a nuestra mente entrar en ese ambiente de seducción, hace que el potencial de un alimento se dispare. El hecho de que las cenas románticas cuenten con luz tenue, velas y demás elementos no es casualidad. Estas claves ambientales pueden hacer que un determinado gesto o señal se viva de una manera completamente diferente.

Claves para disfrutar de una vida sexual plena 🔞

Tal y como venimos comentando, el deseo sexual no puede reducirse a la ingesta de unos alimentos u otros, pues se trata de un fenómeno complejo. Cuando se trata de la vida sexual, es importante que atendamos aspectos más generales que nos permitan estar bien con nuestra pareja, con independencia de si se trata de una relación estable o de un encuentro puntual.

• Comunicación: La comunicación es un ingrediente esencial en las relaciones sexuales. Expresar nuestros miedos, preferencias… ayuda a tener un espacio de confianza que favorece el disfrute y la conexión.

• Trabaja en tu autoconfianza: La autoestima y la seguridad en uno mismo son ingredientes básicos para disfrutar de una adecuada vida sexual. Si nos sentimos incómodos en nuestra piel, es difícil que podamos compartir una relación íntima placentera.

• Educación sexual: La educación sexual es fundamental para poder disfrutar de relaciones seguras y satisfactorias. Acude a tu médico si tienes dudas o preguntas.

• Estilo de vida saludable: Mantener un estilo de vida sin elevados niveles de estrés, buena alimentación, movimiento, vida social…es clave para poder disfrutar de una vida sexual plena.

• Adopta una actitud proactiva: No esperes a que siempre sea el otro quien tome la iniciativa, busca exprimir la imaginación, salir de la monotonía y explorar nuevas experiencias.

• Dedica tiempo a tu vida sexual: Vivimos en una espiral de prisas y estrés que a menudo nos deja sin tiempo ni recursos para poder disfrutar de nuestras relaciones sexuales. Disponer de tiempo para ello es un requisito para poder disfrutar y fluir.

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