La Ideación Suicida: visibilizando una realidad silenciada 🍂

La presencia de deseos de morir y de pensamientos constantes acerca de querer matarse conforman lo que se conoce como ideación suicida, una realidad rodeada de muchos mitos y estigma.

¡Hola! En la Newsletter de hoy abordaremos el complejo tema de la ideación suicida, definida como la presencia de deseos de muerte persistentes, una oscura realidad humana sobre la que existen demasiados mitos que hoy intentaremos desmentir. Del mismo modo, analizaremos qué debemos hacer si una persona cercana manifiesta esta conducta y, como siempre, repasaremos la más interesante actualidad en el mundo de la Psicología.

¡Empezamos!

— Natalia Menéndez, Pol Bertran

Desmontando los mitos acerca de la ideación suicida 🍂

El suicidio consiste en el acto de quitarse la vida mediante conductas autoinfligidas. Se trata de una solución extrema que suele llevarse a cabo ante la presencia de un profundo dolor emocional. La persona que piensa en suicidarse a menudo se siente abrumada por sus circunstancias, así como carente de recursos para afrontarlas. Cuando este tipo de pensamientos aparecen, es común que la persona desarrolle creencias irracionales y distorsionadas, las cuales tienen que ver con la idea de que el sufrimiento es algo permanente y que uno no es relevante para el mundo y para los demás.

El suicidio siempre ha sido una cuestión tabú, lo que ha dificultado enormemente la visibilidad de este enorme problema de salud pública, así como la petición de ayuda de quienes lo viven. Sin embargo, el auge de la salud mental en los últimos años ha permitido una mayor concienciación en la sociedad, así como el desarrollo de dispositivos encaminados a ofrecer ayuda a las personas que piensan en quitarse la vida.

A pesar de los progresos, aún son demasiadas las personas que consuman su suicidio. Esto refleja un fracaso social importante, así como un fallo en el sistema de salud. La detección precoz de quienes viven con estos pensamientos y, sobre todo, la prevención, son fundamentales para atajar el problema.

Algo importante que debemos tener presente siempre es que las personas que piensan en el suicidio no desean morir, sino dejar de sufrir. En situaciones abrumadoras, pensar en la muerte como salida puede brindar una tranquilidad momentánea muy peligrosa. La persona asume que su dolor nunca va a terminar, se siente absolutamente desesperanzada, así que no contempla más caminos de solución.

En este punto, el apoyo del entorno y la ayuda profesional son cruciales para evitar que esta intención se materialice en un acto. Alrededor del suicidio existen numerosos mitos que deben desmentirse, pues con frecuencia impiden que las personas que pasan por esta vivencia se sientan arropadas, validadas y apoyadas. Así, conocer de manera adecuada qué es la ideación suicida y todo lo que implica puede salvar vidas.

  • Mito 1: “Quien lo dice, no lo hace”

Este mito defiende que las personas que verbalizan su intención nunca llegan a llevarla a la práctica, algo rotundamente falso. De hecho, la mayoría de personas que se suicidan alertan de sus intenciones previamente, aunque no siempre lo hacen de manera explícita. Desconocer estas señales de alarma hace que muchas veces el entorno no vea venir el suicidio.

  • Mito 2: “La conducta suicida es una llamada de atención”

De nuevo, existe la idea de que la intención de suicidio es una forma de llamar la atención. Sin embargo, el suicidio no es otra cosa que un grito de auxilio. Como tal, debemos atenderlo y socorrer a esa persona.

  • Mito 3: “Las personas que se suicidan siempre tienen enfermedades mentales”

Lo cierto es que el suicidio puede darse en cualquier persona, tenga previamente una enfermedad mental o no. En ocasiones, el suicidio viene por una situación de desbordamiento, de forma que la persona se siente abrumada por su realidad. Por supuesto, padecer problemas mentales aumenta el riesgo, pero no es el único factor que contribuye a la conducta suicida.

  • Mito 4: “Hablar de suicidio aumenta la tendencia al suicidio”

Este es uno de los mitos más peligrosos, pues favorece el tabú y el secreto en torno a la conducta suicida. Lo cierto es que hablar del suicidio no sólo lo aliementa, sino que además favorece su prevención. Las personas que están pensando en quitarse la vida pueden sentirse aliviadas al sacar fuera su dolor y recibir la empatía de los demás.

  • Mito 5: “El suicidio es un acto valiente/cobarde”

Muchas veces el acto de suicidarse se envuelve de un juicio moral que es, cuanto menos, inadecuado. El suicidio no debe vincularse con la cobardía o el valor, sino con el dolor y el sufrimiento de las personas.

¿Qué puedo hacer si una persona cercana manifiesta conducta suicida? ❤️‍🩹

Ojalá nunca te veas en la situación de ver a un ser querido en esta tesitura, pero si algún día esto ocurre, es conveniente que puedas estar preparado para darle tu ayuda.

  • Atiende a posibles señales de alarma: Como comentamos más arriba, las personas que se suicidan siempre suelen dejar pistas de sus intenciones. Fíjate en si esa persona empieza a hablar de desaparecer, si te habla en forma de despedida, si se aísla cada vez más e incluso te regala objetos suyos personales. Todo ello puede indicar que está cerrando asuntos antes de dar el paso.

  • Presta atención al dolor de esa persona: Si sabes de alguien que está sufriendo cerca de ti, no le restes valor. Intenta sacar un rato para hablar con esa persona, dedicarle atención y hacerle sentir importante. No minimices su dolor y deja que se exprese libremente.

  • No le digas que la vida es maravillosa: A veces, cuando alguien nos expresa su deseo de matarse, podemos caer en mensajes superficiales como este. Esa persona necesita que reconozcamos su dolor y empaticemos con su visión de las cosas. Podemos decirle que entendemos que esté sobrepasada por su situación, enfatizando que aunque el problema es importante también es temporal, mientras que la muerte es algo irreversible y permanente.

  • No dejes que se aísle y conecta a la persona con recursos de ayuda: Evita que esa persona se quede sola con frecuencia. Bríndale tu compañía, propón planes que hacer juntos y, ante la duda, anímala a contactar con recursos específicos (Teléfono de la Esperanza, 112, terapia psicológica con un profesional, Teléfono ANAR en el caso de menores de edad…)

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