¿Cómo mejorar el sueño sin medicamentos?

¡Hola! En la Newsletter de hoy hablaremos acerca de la importancia de tener una correcta higiene del sueño y cómo el manejo de nuestras emociones y la psicoterapia pueden ayudarnos a dormir mejor. Y, como siempre, haremos un repaso de la actualidad en el mundo de la Psicología.

— Natalia Menéndez, Pol Bertran

La higiene del sueño y nuestro bienestar 💤

El sueño es una función fisiológica básica. De hecho, un sueño de calidad es requisito indispensable para gozar de un estado óptimo de salud. ¿Por qué el sueño cobra tanta relevancia a la hora de sentirnos bien? Lo cierto es que el sueño es clave para que nuestro organismo se resetee tras la actividad llevada a cabo durante el día. Aunque habitualmente asociamos el dormir con apagar nuestro cuerpo y mente, nada más lejos de la realidad.

Cuando dormimos nuestro cuerpo sigue trabajando. Por un lado, en las primeras fases del sueño, aunque nuestro cuerpo está físicamente relajado, el organismo actúa segregando hormona del crecimiento. Por otro lado, en la fase REM (en la que se producen los llamados Movimientos Oculares Rápidos) el cerebro entra en su pico de actividad, consolidando los aprendizajes en la memoria. Además, en esta fase se lleva a cabo la reparación del desgaste que sufren músculos y huesos.

Todos estos procesos silenciosos explican por qué dormir nos permite mantener la homeostasis en el organismo. Gracias a un buen descanso podemos mantener nuestras funciones intelectuales y un estado anímico estable. En cambio, cuando pasamos una mala noche enseguida percibimos cómo nuestro rendimiento se ve perjudicado. Dejamos de tener claridad mental, perdemos energía, sufrimos irritabilidad, etc.

A pesar de la enorme importancia del sueño, los problemas para dormir son un mal cada vez más extendido en la población. Uno de los motivos reside en la alteración de nuestros ritmos circadianos. Aunque estamos hechos para funcionar en las horas de sol y descansar cuando llega la noche, cada vez es más común desarrollar actividades en ausencia de luz natural (ver pantallas, trabajar…). A esto debemos añadir el rápido ritmo de vida al que muchas veces estamos sometidos. El estrés y la sensación de no llegar a todo conduce a muchas personas a la incapacidad para relajarse y conciliar un sueño reparador.

Lo cierto es que para el manejo del insomnio no existen fórmulas mágicas. Si sufres problemas con el descanso quizá te hayas planteado recurrir a medicación específica para ello. Aunque este tipo de fármacos pueden ser útiles en momentos puntuales, lo cierto es que para tratar el insomnio de manera adecuada lo más importante es comprender cuál puede ser la causa subyacente. Al atender la raíz, la persona puede comenzar a desarrollar de forma natural un descanso más reparador sin los efectos secundarios de los medicamentos.

Lo cierto es que la base del problema puede ser orgánica o emocional. Algunas patologías pueden traer consigo problemas de sueño, por lo que en estos casos siempre es conveniente hacer una visita al médico para descartar este tipo de causas. Una vez despejada esta cuestión, lo más probable es que detrás del insomnio existan dificultades emocionales de algún tipo. Desde estrés laboral hasta experiencias traumáticas inadecuadamente procesadas, son diversas las razones de índole psicológica que pueden explicar este problema. Por ello, lo más importante es acudir a un profesional de la salud mental para identificar qué puede estar sucediendo y cómo abordar la situación.

¿Cómo nos puede ayudar la terapia a la hora de mejorar nuestro sueño? 🧠

Como venimos comentando, acudir a un profesional de la psicología es un paso necesario cuando sufrimos un problema de insomnio recurrente. El sueño es una función básica para el organismo, por no hablar de todas las implicaciones que tiene en las distintas esferas de la vida. En terapia el profesional puede realizar una evaluación que ayudará a identificar posibles causas psicológicas detrás del problema. Una vez hecho esto, podrá ayudar al paciente de dos formas.

Inicialmente, la terapia estará enfocada en el manejo del síntoma. Esto requiere, entre otras cosas, brindar psicoeducación al paciente acerca de pautas básicas de higiene del sueño. También puede requerir el uso de técnicas de relajación que ayuden a la persona a lograr un estado de calma antes de dormir.

De forma simultánea, poco a poco el psicólogo puede ayudar al paciente a trabajar sobre la raíz del problema. Si ponemos el ejemplo de una mujer con dificultades para dormir que se siente sobrecargada por asumir siempre el rol de cuidadora en sus relaciones, será interesante trabajar en terapia el establecimiento de límites, la instauración de pautas de autocuidado, la comprensión y regulación de las emociones, etc.

En definitiva, el sueño y los problemas relacionados con él representan en la mayoría de ocasiones la punta del iceberg. Aunque el síntoma (la falta de sueño) es lo que más preocupa al paciente en un primer momento, la terapia permite entender que esto es solo una consecuencia de otros problemas subyacentes.

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