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¿Por qué tengo sueño todo el día y por la noche no puedo dormir?
🥱 Llevas arrastrando cansancio, pero cuando llega el momento de acostarse es imposible conciliar el sueño. ¿Te suena esta historia? 🥱
¡Hola! En la Newsletter de hoy exploraremos un fenómeno muy extendido: tener ganas de dormir todo el día, sentirnos agotados deseando el momento de que llegue la hora de tocar la cama, pero que por la noche sea imposible conciliar el sueño. Entenderemos las causas de esto, veremos cómo la terapia puede ayudarnos a mejorar nuestra higiene del sueño y, como siempre, haremos un repaso de la actualidad en el mundo de la Psicología.
¡Empezamos!
— Natalia Menéndez, Pol Bertran
¿Por qué nos sentimos con sueño durante el día y luego de noche no podemos dormir? 🥱
Llevas arrastrando un enorme agotamiento desde primera hora de la mañana, sientes que tus párpados pesan y que si pudieras dormirías sin dudarlo. Sin embargo, cuando al fin llega el momento de acostarse y dejarse caer en los brazos de Morfeo…no eres capaz de conciliar el sueño ¿Te suena esta historia? Seguramente sí, pues se trata de una experiencia especialmente común en la población. De hecho, la Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que entre un 20 y un 48% de la población adulta en España sufre en algún momento de la vida dificultad para poder descansar correctamente, mostrando dificultad para conciliar o mantener el sueño.
Aunque a priori puede parecer contradictorio sentir sueño y a la vez no poder dormir, esta dicotomía es propia de los trastornos del sueño. Son muchas las variables que pueden interferir en nuestra capacidad para dormir y poseer un descanso de calidad. Entre ellas, algunas de las más habituales son:
El estrés
Trastornos psicológicos como la ansiedad o la depresión
Presencia de enfermedades subyacentes, especialmente aquellas de tipo pulmonar o cardiovascular
Consumo de determinados fármacos o drogas (ej: alcohol, cafeína…)
Hábitos de higiene del sueño deficientes
Lo cierto es que el insomnio no suele presentarse de forma repentina, de la noche a la mañana. En realidad, es común que este inicie de forma transitoria a raíz de algún evento estresante, siendo habitual que se cronifique si no se aborda de manera correcta. Además, debemos tener presente que existen diferentes tipos de insomnio en función del momento en el que este aparece:
Insomnio de conciliación: aparece cuando la persona tiene dificultad para iniciar el sueño.
Insomnio de mantenimiento: aparece cuando la persona experimenta despertares frecuentes a lo largo de la noche, impidiendo un descanso profundo y reparador.
Insomnio de despertar precoz: La persona se despierta mucho tiempo antes de la hora esperada, hasta el punto de que se reduce considerablemente la cantidad de horas totales dormidas. Esto provoca cansancio y malestar.
Insomnio mixto: Se combinan los tres tipos anteriores.
Si sientes que vives en un estado de cansancio permanente y a la vez cada noche es una odisea, es conveniente que revises cómo te encuentras a nivel físico y psicológico. Puede que estés experimentando problemas en algún área de tu vida (en este caso el autocuidado y la salud emocional cobran una relevancia especial a la hora de prevenir dificultades para dormir severas), que estés desarrollando algún problema de salud subyacente o que simplemente estés adoptando unos hábitos de vida poco saludables. En referencia a este último punto, debes tener presentes algunas claves:
Los horarios irregulares son el peor enemigo de tu descanso, cuanto más estructurada y estable sea tu rutina, mejor.
Las siestas no son recomendables, pues hacen que llegues al momento de dormir con más energía.
Evita actividades muy estimulantes en la franja final del día, como deporte de alta intensidad.
Utiliza tu espacio de descanso sólo para ello, evitando estudiar o trabajar en ese mismo lugar para que tu sistema nervioso pueda relajarse realmente a la hora de dormir.
Procura preparar a tu cuerpo para el sueño mediante una secuencia siempre similar de acciones. Se trata de disponer de una especie de “ritual” que ayude a nuestra mente a entender que se acerca la hora del sueño. Este puede consistir, por ejemplo, en llegar a casa, darse una ducha, cenar, lavarse los dientes, leer un rato y finalmente dormir.
Beneficios de la psicoterapia en la salud del sueño 💤
La psicoterapia es un tratamiento eficaz para los trastornos del sueño, el cual puede combinarse, si es necesario, con la intervención farmacológica. Debido a las implicaciones emocionales que se observan habitualmente en los trastornos de este tipo, se trata de un apoyo muy interesante con beneficios diversos:
Permite trabajar en la raíz del problema: Los síntomas como el insomnio suelen esconder detrás causas de carácter más profundo. En este sentido, la terapia puede ayudar al paciente a comprender qué aspectos le generan malestar emocional y cómo gestionarlos. Aunque la medicación es muchas veces necesaria, sin el acompañamiento de la terapia se limita a ser un parche.
Ayuda al paciente a adquirir nuevas habilidades: En terapia la persona puede adquirir nuevas habilidades relacionadas con el autocuidado (aquí incluiríamos las ya mencionadas pautas de higiene del sueño, entre otras), la gestión emocional, la resolución de conflictos… todo ello le puede permitir disfrutar de un estado emocional más adecuado que favorece el descanso al reducir el estrés.
En definitiva, la terapia es una intervención que guía a la persona hacia un cambio integral en su vida, buscando no sólo reducir síntomas sino también cambiar o mejorar aspectos más profundos que los están ocasionando.
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